27.3.12

Cinco consejos útiles para evitar comer en exceso y mantener la línea

La prestigiosa revista Time ha publicado una breve lista de consejos útiles para evitar que la ansiedad o los momentos de estrés nos lleven a la nevera, para engullir lo primero que encontremos. Siguiendo estas sencillas indicaciones se podrá llegar a controlar mejor el peso y evitar atracones innecesarios, que son perjudiciales tanto para la salud como para la línea.

El hambre emocional puede llegar a controlarse.

Las recomendaciones son las siguientes:

  1. Distraerse: Time se hace eco de un reciente estudio finlandés, según el cual las mujeres que sufren un cansancio superior en el trabajo y un mayor estrés laboral suelen ser más propensas a comer compulsivamente. “El estrés, la ansiedad, la depresión o cualquier tipo de emoción fuerte puede provocar un exceso emocional. Al no saber canalizar la emoción, algunas personas comen. Incluso la felicidad puede conducir a una necesidad de comer”, explica el doctor Joy Jacobs, psicólogo clínico de trastornos de alimentación y profesor de la Universidad de California. Un truco fácil para evitar estas situaciones es tener cualquier simple distracción. Los médicos recomiendan que, cuando acuden las ganas de comer irrefrenables, se haga cualquier otra cosa, como llamar a un amigo por teléfono o leer una revista. La misma técnica de la distracción puede ayudar en otros comportamientos compulsivos o adictivos, como fumar o morderse las uñas.
  2. Llevar una agenda: Realizar un registro de los hábitos alimentarios pueden ayudar a comprender y detectar los factores emocionales que provocan una ingesta excesiva de comida. Siempre según recoge Time, el doctor Jacobs recomienda anotar las horas del día en que la persona siente sensación de hambre, y cuál es su estado anímico en ese momento. De esta manera, podrá llegar a diferenciar entre los momentos de hambre física y los de hambre emocional. “El hambre física suele ir acompañada de síntomas como ruido estomacal o mareos. El hambre emocional se da cuando se quiere comer, pero no se está físicamente muerto de hambre”, dice Jacobs. Una vez detectados estos momentos de hambre ansiosa, se los puede combatir, por ejemplo, con la técnica de la distracción, o cambiando determinadas rutinas diarias.  
  3. Practicar el “comer consciente”: Se trata de combatir las conductas de alimentación que se llevan a cabo automáticamente. Porque, a menudo, las personas con estas tendencias ni siquiera se dan cuenta de cuándo están comiendo más de lo adecuado, simplemente porque están engullendo sin pensar. El doctor Edward Abramson, profesor de psicología de la Universidad Estatal de California, realiza talleres para enseñar, precisamente, a comer con consciencia: “Hemos de empezar a poner atención sobre nuestros comportamientos automáticos de alimentación. Cuanto más deliberado es nuestro consumo, acostumbra a ser menor”.
  4. Hacer ejercicio: Ayuda a relajarse y coloca la mente en mejor disposición para afrontar emociones intensas. Time recoge las consideraciones de investigadores del Beth Israel Deaconess Medical Center de Boston, que aseguran que “el ejercicio es una gran manera de enfrentarse a la tentación de comer, porque fortalece los poderes ejecutivos del cerebro, lo cual hace más fácil renunciar a determinados placeres gastronómicos”. La doctora Susan Albers, psicóloga del Cleveland Clinic Family Health Center, y autora del libro “50 maneras de estar tranquilo sin comer”, recomienda específicamente la práctica del yoga en estos casos: “Puede ayudar a gestionar las tentaciones, crea consciencia del cuerpo, reduce la sensación de lucha y aumenta los niveles de seratonina y dopamina, que mejoran el estado de ánimo”.
  5. Dormir suficiente y bien: Dormir las horas necesarias está demostrado que puede reducir los niveles de cortisol, una hormona cuya presencia se eleva en estados de ansiedad. Según el doctor Jacobs, “la falta de sueño facilita la depresión, irritabilidad y disminuye la capacidad de controlar el estrés, factores todos ellos que hacen a la persona más vulnerable a sucumbir a sus deseos de comer”. Time añade que un reciente estudio presentado en la conferencia anual sobre nutrición de la American Heart Association asegura que las personas que no duermen bien tienden a comer en exceso. En comparación con las personas que duermen tanto como quieren, aquellas que madrugan mucho ingieren una media de 550 calorías adicionales al día. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario